sábado, 1 de noviembre de 2014

Renacer

El vacío cruje
En el corazón
De la noche.
Como la madera de un árbol
Que ha muerto por dentro
Y a oscuras soporta
El fin de su gloria.
La hoguera y un hombre
Abrazados por la oscuridad
Honran su resistencia en silencio
Crepitan ardientes iconos de luz
Acuden al rito 
Nimios seres esteparios
Porque ha muerto en el desierto
Otro gigante sobre sus pies.

Volverán otros peregrinos
A cruzar esta misma noche
Y otro mismo árbol
Con sus ramas
Obtendrá a tiempo sombreros de sombras
Para cansados y moribundos
Contra la siesta:
Ese demonio inclemente del verano
Por el que se embarcan los hombres
A temibles cruceros nocturnos
Cuando Enero se quiebra en ausencia de acequias.
No me hallará entre sus víctimas diurnas
Porque renaceremos
Con ese retoño que mece una nueva inmensidad.  

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