miércoles, 26 de noviembre de 2014

7 (Suburbial)

El perro muerde con su ladrido,
La noche oscura y pastosa,
Como un niño abandonado,
Bajo la luna menguante,
Cual guadaña opalina,
Corta el abismo negro,
Repleto de fragancias,
De verano y miedos.

El animal ansía que vuelva,
El culpable de su encierro,
O aparezca el sueño,
Que espantan las brujas,
En mi alucinante vigilia.

Por el cielo denso y negro,
Navegan insectos espectrales,
Huyendo de los murciélagos,
Tropiezan con el sopor y la calma,
En las nubes de la noche.

Abajo... El perro ladra y muerde,
La paz de los sonámbulos,
Hasta que por el dolor,
No reconoce al dueño,
Que llega y lo mata.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Porvenir

Será mejor
apagar la luz
vencer con su sombra
al verdugo del insomnio.
Dejar atrás el zumbido del fin
sobrevolando tus pasos
por el contorno ambiguo
de nuestra vida.
Liberar la mariposa negra
del porvenir
en el relámpago a oscuras
de la muerte.
Y prender en la memoria
la rosa blanca
del tiempo hallado
con los dedos de la ausencia.
Olvidar tu marcha entre tormentas abismales
imaginarte labriega elegida en jardines nuevos
y tarde, envuelto en mi sombra
sentir que duerme

tu espalda junto a mi espalda.

martes, 18 de noviembre de 2014

Desnudo

Abro la piel cansada de la noche
ahogo mi frustración en sábanas impropias.
Canciones de espejismos nocturnos
improvisa una mujer iluminada
repetidas por el viento que amanece.
Retroceden las últimas culebras del domingo
me levanta la escasa voluntad de la costumbre.
Canto desafinado en la intemperie huérfana
de mandatarios y rutinas 
mientras se derrumban los automóviles por la calle
sobre las víctimas trasnochadas.
Las palomas arriba entre migajas
las ratas abajo entre nuestros despojos sombríos.
afuera, bajo el sol de las orillas
crece la hierba, deambulan los feriantes
regresan los niños, los perros felices
y el pasado se deslumbra 
con sus idénticas reiteradas y suicidas
escenas patriarcales.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Lluvia del Sur (2ª premio del 4ª Concurso CEM Education Mar del Plata 2014)

Aquí en el Sur
las nubes divagan
sobre charcas de versos
la niebla se desliza
por calles azules 
barnizadas de insurgentes
luces para beber y saciar
nuestra ceguera inaudita.
Allá…
el resto del mundo
se lamenta por la sequía.
Frágil supervivencia
de lo innato, insoluble
va el deseo en el sueño
hacia los ojos selváticos
implorando a las flores
del agua
unas pocas nubes contra la tristeza
y yo, que mis recuerdos del Norte
humedezcan tu mirada
alguna vez por mí
y te regresen
con esta lluvia del Sur.

martes, 11 de noviembre de 2014

África

Nuestro mundo, envuelto en otro debajo
Paisaje denso, tierra negra, envejecida
Exudación, maleza virginal a destajo.
Arcaica primicia, fertilidad mal querida.

Permeable selva, penumbras días y noches
Huellas de primates y homínidos rastros
Arbóreas torres de Babel sin derroches
Aves locuaces, fieras con ojos de astros.

Estos nuevos hombres con sed de diamantes
Bordean el colapso, sus manos renegridas
Huellas postreras de pasados trashumantes
Perduran bajo la turba, millones de heridas.

Allende los mares de azul plata distante
África diamantina, melancolía enmudecida
Soberbio riñón de obsidiana equidistante

Raíz de mi patria Americana desprendida.

lunes, 10 de noviembre de 2014

2 (Suburbial)

Despiertan otra vez.
Como siempre...
Todo sin ellos.
Existencia indescifrable.
Sonámbulos del  pasaje.
Esterilidad y abandono.

Murmurantes,
Pasos rutinarios.
Y la melancolía,
Del niño solo.
Huérfano...
En la última puerta.

Bajo umbrales de nadie.
Giran los recuerdos,
Que fecunda el viento.
Una procesión de sombras,
Arriba con el “zonda” la locura.
Imágenes inverosímiles,
Enredadas en arena,
Desafían el ciclo de las estaciones.
Y el alma de lo que era calma.

El invierno sin su esencia,
No es amo de julio, sin la soledad.
Entregado esta tarde,
A la reconquista de los desiertos.
Es uno más.

Atrapados entre ventanales.
Los ermitaños salen,
Del adobe de sus moradas.
Luego... Más silencio y calma.
Hasta la metamorfosis sideral.
Cielo y aves de paso se funden.
En la frontera llana y polvorienta,
De los vientos y de sus vidas.
Giran los que aguardan justicia,
Alucinados por remolinos y leyendas.
Hacia la tempestad que vendrá.
El aire cálido, con las entrañas resecas.
Empaña el horizonte rural.
Confunde a la urbanidad,
Ruegan por el agua para sus jardines.
En cavernas de cemento.
Sometidos por sus amos,
Entregados a faenas infernales.
Persistiendo en la sequía,
Y en sus dioses, sólo porque llueva.

Devienen sombras,
Irremediablemente,
Bajo un sol inclinado.
El pasaje permanece vacío.
Nadie lo cruza ni lo proclama.
No existe héroe tan pequeño,
Para unos pocos metros sin identidad.
Solo un número,
Y los huérfanos de todo.
Otro día, igual al otro...
El niño con su resignada orfandad
El anciano en su templo de rencores.
Cada vez que regrese.
Ese viento del demonio...
No serán diferentes bajo su perturbación.
Ni en las tormentas del espíritu.

Porque todos lo padecerán.               

sábado, 8 de noviembre de 2014

Otro invierno

Como ya no estamos de ese lado del invierno
Donde sólo el amor nos redime de la ilusión o la nada
El trauma de lo perdido, la humedad con dolor
Acomete con su marcha lúbrica
Los cimientos de una civilidad vertiginosa
Para extravío de solitarios
Y rebelión de los espacios
Un gemido verde:
El musgo que latía en sombras
Despierta con falange de molusco

Y extiende su dominio imparable. 

viernes, 7 de noviembre de 2014

12 (Suburbial)

Los caminantes se han ido con la lluvia.
Caen como perlas unas gotas de luz.
El silencio domina todo lo que se ve.
Hasta que vuelven febriles, errantes.
Malditas sombras entre las hojas.

Los perros van hacia las islas de sol.
El vago sale de su escondite de calor.
La tormenta desnuda algo prohibido.
Por acequias ruedan huellas furtivas.
Huele a hierbas a húmeda insistencia.

Forja la tarde impresiones estatuarias.
Siembra mudas imágenes en la pradera
Prolonga este regreso efímero y sensual.
Libres del virus, con su pálida piel.
Avanzan oblicuos miles de muertos.

Regresan a la hora del ocaso.
Al suburbio, a los furtivos abrazos.
Infierno o limbo, nunca paraíso.
Un tropel difumina ademanes amatorios.
Y una señal azul, los humilla y los mata.

Aves rapaces interrumpen esa ilusión de agua.
Estalla la verde soledad del parque.
Espanta y aleja el eco del recuerdo de mis amigos.
Hace que el aroma húmedo y salvaje permanezca.

Venga y al fin me arranque esta sensación mortal.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Ser viento

Enredado en el árbol de la noche
me desnudo sobre mi propia sombra.
Voy por el viento sublime
de tus jardines antiguos
desbordando alambrados y montañas
alcanzo la erosión trascendental.
Mientras la tierra suspira silencio
yo respiro tu aliento de agua remanente
Pero amanece…
el mar se hunde en la luz que sigue

y yo termino como deseo.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Colonias

Llegan empujados por la sangre
al origen del territorio vasto de los instintos.
Despliegan la mirada sobre el cuerpo nuevo de la llanura
para que se abra el camino de la distancia.
(Ya existía el silencio y de sus manchas remotas
acuden los perros dispuestos a servirles).
El sol espera manso, en la ansiada noción del crepúsculo.
Después arribará el viento con la carga precisa de nubes y sueños.
Al fin se detendrán los pasos y la noche.
Más tarde la araña en su nido
tejerá también sus redes para el enjambre que vendrá
siguiendo a los colonos.

José O. Antequera

1º.10.14

martes, 4 de noviembre de 2014

23  (Suburbial)

El martillo del obrero,
En algún lugar del barrio,
Insiste en doblegar la crisis,
Y lo que tiene a sus pies.
Otros rebeldes bajan por la calle,
Hacia las manifestaciones,
Automovilistas indiferentes,
Suben a las autopistas con peaje.
Caravanas de semidesnudos,
Toman la ciudad frenética,
Bajo el sol perpendicular del verano.
Sedienta y en un desierto sin fin,

Solo unos pocos ven,
Como mueren las hojas,
Y se marchitan las esperanzas.
Agobiados ante los núcleos de tormentas,
Fulminados por cohetes antigranizo,
Y ya no lloverá...

Los autobuses parten casi vacíos
Del terminal silencioso.
Sólo el mar en las mentes de los que ascienden,
Se agita y fluye azul,
En la Atlántida lejana y feliz.

Y en aquel que amasa el tiempo,
Para que no sea tan lento,
Y se lleve la crisis de fin de siglo.

En el rincón,
De una casa de barrio
Hasta donde llegan los golpes del martillo,
De un obrero que no piensa en el océano,
Cuenta el adolescente las monedas,
Para  llegar al mar.


lunes, 3 de noviembre de 2014

21 (de Suburbial)

La veo todos los jueves al atardecer,
Inmóvil y recostada en mi viaje ascendente,
En el occidente de mis pensamientos,
Aparece con sus pechos azules,
Apuntando al cielo,
Donde redimo mis carencias.

A veces me duermo,
Caigo en sus abismos vaginales,
Y cuando despierto ya no está,
O se ha vuelto negra,
Bajo un cielo rojo se ha hundido,
La que digo es mi amante.

Sin embargo,
Sé que está en la noche,
Que renacerá cuando tiemble,
Evolucionando del coito de fuerza brutales,
Que me guía desde sus candiles,
Que vela y ve desde los puestos perdidos,
Y que me llama para que regrese de mis fronteras,

Sé que muero un poco cuando vuelvo.
Y otro más, por lo que dejo...
La inocencia, la compasión,
Todo aquello que me abate.

Lo último que hice sobre la mesa,
La luz apagada sobre su silla predilecta.
Las confesiones frente al espejo.
Lo que mezclé en la cocina,
Y atrajo a los gatos,

Lo que maldije sin que tuviera efectos.
La costumbre por el arrepentimiento,
El arraigo y mi afecto a lo inmaterial.
La ventana abierta al sol de la tarde.
El abrazo que le negué al vencido.
Eso también me mata...
Sé que muero un poco,
Cada vez que vengo.
Es el precio que pago,

Por ser su amante.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Ciudad de barro

Yace solitaria
apagada en mi sueño
sobre la orilla de tu nombre.
En los ojos inundados del suburbio
sólo yo camino por su barro.
Levanto una estatua de plegarias
con los brazos en la niebla.
Te traigo y recreo.
En vano resulta esa frágil artesanía.
Es irrelevante este derrotero nocturno
para quien ya está lejos de mi rastro.
Cansado de buscarte
me quedo, a embriagarme de sombras
color noche y aromas de alameda.
Cuando la ciudad se inunde otra vez
con esa luz amarillenta
del vacío que precede al alba
volveremos
por la inclinación bucólica del abandono.
Como esencia que duele
cuando se derrama tu savia
o se vierte la sangre de mi cuerpo vencido.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Renacer

El vacío cruje
En el corazón
De la noche.
Como la madera de un árbol
Que ha muerto por dentro
Y a oscuras soporta
El fin de su gloria.
La hoguera y un hombre
Abrazados por la oscuridad
Honran su resistencia en silencio
Crepitan ardientes iconos de luz
Acuden al rito 
Nimios seres esteparios
Porque ha muerto en el desierto
Otro gigante sobre sus pies.

Volverán otros peregrinos
A cruzar esta misma noche
Y otro mismo árbol
Con sus ramas
Obtendrá a tiempo sombreros de sombras
Para cansados y moribundos
Contra la siesta:
Ese demonio inclemente del verano
Por el que se embarcan los hombres
A temibles cruceros nocturnos
Cuando Enero se quiebra en ausencia de acequias.
No me hallará entre sus víctimas diurnas
Porque renaceremos
Con ese retoño que mece una nueva inmensidad.