Desnudo
Abro la piel
cansada de la noche
ahogo mi frustración en sábanas impropias.
Canciones de
espejismos nocturnos
improvisa una
mujer iluminada
repetidas por el
viento que amanece.
Retroceden las
últimas culebras del domingo
me levanta la escasa
voluntad de la costumbre.
Canto desafinado en la intemperie huérfana
de mandatarios y rutinas
mientras se
derrumban los automóviles por la calle
sobre las víctimas trasnochadas.
Las palomas arriba entre migajas
las ratas abajo entre nuestros despojos sombríos.
afuera, bajo el sol de las orillas
crece la hierba, deambulan los feriantes
regresan los niños, los perros felices
y el pasado se deslumbra
con sus idénticas reiteradas y suicidas
escenas patriarcales.
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