12 (Suburbial)
Los caminantes
se han ido con la lluvia.
Caen como
perlas unas gotas de luz.
El silencio
domina todo lo que se ve.
Hasta que
vuelven febriles, errantes.
Malditas
sombras entre las hojas.
Los perros van
hacia las islas de sol.
El vago sale de
su escondite de calor.
La tormenta
desnuda algo prohibido.
Por acequias
ruedan huellas furtivas.
Huele a hierbas
a húmeda insistencia.
Forja la tarde
impresiones estatuarias.
Siembra mudas
imágenes en la pradera
Prolonga este
regreso efímero y sensual.
Libres del
virus, con su pálida piel.
Avanzan
oblicuos miles de muertos.
Regresan a la
hora del ocaso.
Al suburbio, a
los furtivos abrazos.
Infierno o
limbo, nunca paraíso.
Un tropel
difumina ademanes amatorios.
Y una señal
azul, los humilla y los mata.
Aves rapaces
interrumpen esa ilusión de agua.
Estalla la
verde soledad del parque.
Espanta y aleja
el eco del recuerdo de mis amigos.
Hace que el
aroma húmedo y salvaje permanezca.
Venga y al fin
me arranque esta sensación mortal.
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