miércoles, 5 de noviembre de 2014

Colonias

Llegan empujados por la sangre
al origen del territorio vasto de los instintos.
Despliegan la mirada sobre el cuerpo nuevo de la llanura
para que se abra el camino de la distancia.
(Ya existía el silencio y de sus manchas remotas
acuden los perros dispuestos a servirles).
El sol espera manso, en la ansiada noción del crepúsculo.
Después arribará el viento con la carga precisa de nubes y sueños.
Al fin se detendrán los pasos y la noche.
Más tarde la araña en su nido
tejerá también sus redes para el enjambre que vendrá
siguiendo a los colonos.

José O. Antequera

1º.10.14

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