sábado, 25 de abril de 2015

Aguas azules

Salí a ver el fenómeno
con la boca llena de agua salada
por este deseo imposible,
por la ciudad amenazada y desierta.
Al taxista le ardían los ojos.
A mi la garganta, le dije…
Y ambos nos silenciamos
ante las nubes opacas suspendidas en las lomas.
Sé que mi amargura es por callar
tu nombre que sangra en las venas.
Mientras que la niebla vence
bajo las cenizas expansivas de Calbuco.
Yo te extraño. En esta medianoche crucial
qué difícil es escapar de los volcanes:
uno de intrínsecas aguas azules
y otro de lágrimas sofocadas,
eclosionando por vos.

24.04.15 

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